Señor Fútbol, felicidades

Juan Román Riquelme cumple hoy 31 años. Desde siempre, Román fue sinónimo de fútbol. Una pausa, un taco, una asistencia perfecta, un reto, un enojo, miles de enojos. Son éstas algunas de las particularidades que lo hacen ser distinto, diferente. Si Román no está bien, el funcionamiento de Boca no es el mismo. Y eso se notó en este semestre que está por terminar. Con lesiones que lo aquejaron durante gran parte del torneo, Riquelme no encontró nunca su nivel. Demostró pasajes de buen fútbol en pocos partidos. "Mi equipo ha jugado mal y por eso nos quedamos sin nada", aclaró en la conferencia brindada esta mañana.
También hizo mención a la contratación de Alfio Basile como DT, traduciendo un claro mensaje, puntualizando que a Basile "hay que ayudarlo. Será nuestra obligación. Y poner todo en la pretemporada para tener un buen semestre". Román es uno de los preferidos del Coco, y tendrá la tarea de recobrar ese nivel que supo tener, y llevar a Boca a lo más alto nuevamente.
Se refirió además a los jugadores que ya no estarán en el club (Vargas y Figueroa son los primeros en irse), mostrando nostalgia pero deseando lo mejor para ellos: "Figueroa es de Selección. Aportó mucho para ganar el campeonato pasado y lo vamos a extrañar. Vargas es un gran jugador. Se nos va una gran persona. Espero que los chicos hayan aprendido mucho de él".
El principal emblema del buen juego xeneize manifestó que "este es el año más importante de mi carrera en este club porque el año que viene se vence mi contrato. Si Boca quiere que me quede no va a haber ningún problema, si no vamos a ver que hacemos".
Otro año más para Román. Esperemos que llegue con nuevos triunfos y campeonatos.

Recordando un día de gloria

Se cumplen hoy cinco años de aquel día glorioso para todos los hinchas xeneizes. El 17 de Junio de 2004 Boca eliminaba a River de las semifinales de la Copa Libertadores. Jugando de visitante, en un estadio en donde sólo se permitían hinchas locales, Boca daba un golpe histórico.
El partido había finalizado dos a uno en favor de River. Un partido para el infarto. El primer tiempo se fue sin brillo y con mucha pierna fuerte. A la salida del complemento se vio a un Boca dubitativo, desconcertado. En los primeros minutos sufrió la expulsión de Vargas y se desordenó totalmente. Llegaba el gol de González, lo que igualaba la serie uno a uno (en la ida Boca ganó por uno a cero).
Boca logró calmarse y comenzó a tomar las riendas del partido. A minutos del final, River sufrió la expulsión de Sambueza y posteriormente la lesión de Rojas, lo que obligó al equipo de Astrada a quedarse con nueve jugadores en cancha (ya había agotado los cambios). Sumado a esto Tévez conseguía el empate, después del desborde de Cángele. La locura y su fanatismo lo llevaron a "Carlitos" a quitarse la remera, y festejar el gol imitando a una gallina. Baldassi lo expulsó.
En el descuento, un centro conectado por Nasutti le permitió a River llevar el partido a los penales. Aparecía de nuevo la experiencia de Boca desde los doce pasos. Tiros muy bien ejecutados, hasta que llegó el turno de Maxi López y ahí quien se lució fue Abbondanzieri. Villarreal definió la serie y metió a Boca nuevamente en la final de la Libertadores. Lo mejor ya se había dado. Boca dejaba afuera a River en un Monumental que quedó completamente en silencio.

Despidieron a Ischia

Durante la reunión que mantuvieron esta tarde dirigentes y el hasta hoy director técnico de Boca, se decidió la rescisión del contrato que lo ligaba al club. Por lo tanto, los dos partidos restantes del Clausura serán dirigidos de manera interina por Abel Alves. Los dirigentes no soportaban más la situación, y querían que Ischia dejara ya el cargo. De alguna manera "lo fueron".

Después de un semestre para el olvido, con eliminación de la Copa en octavos y un mal desempeño en el torneo local (Boca está tan solo a seis puntos del último puesto), las malas relaciones dentro del plantel comenzaron a salir a flote, y éste quizás fue uno de los principales detonantes de la salida de Ischia. Se lo culpó de no poder guiar a un grupo dividido. El nuevo técnico deberá tener firmeza a la hora de tomar decisiones dentro del vestuario. Carlos Bianchi, actual manager del club, tomará la decisión final y es evidente que se inclinará por el Coco.
Otro de los temas a seguir es el de los refuerzos. Durante el ciclo de Ischia no se puso mucho empeño en conseguir lo que el técnico pidió. Posiblemente, para el Apertura se verá un plantel renovado, con nuevos nombres y otros que dejarán de estar. Casos como Vargas, Ibarra o Morel aún no tienen arreglada su continuidad en el club.
Existe también la posibilidad de adelantar la última fecha. Boca deberá enfrentarse a Colón en Santa Fe, y este adelantamiento sólo será una alternativa viable en el caso de que Colón quede fuera de la lucha por el campeonato en la 18ª fecha. Los dirigentes consideran esta opción para empezar antes con las vacaciones, y por fin, dejar de lado un semestre para el olvido.

Obligación de ganar

Semana difícil para Boca. Por un lado el despido de Carlos Ischia, quien aseguró que le pidieron que se vaya, y aclaró que si le toca irse, le gustaría que sea Bianchi quien lo suceda. Por otro, la mala práctica que tuvieron los titulares en la mañana del jueves. Una derrota por 5 a 1 frente a los suplentes, y un cruce de palabras entre Mouche y Krupoviesa, después de una fuerte entrada del tucumano.
Boca necesita un triunfo que le dé un poco de aire en este momento. Vuelven al equipo titular Riquelme y Battaglia, que habían tenido su último partido como titulares contra Defensor. El ¿todavía? técnico Ischia deberá rearmar la defensa. Roncaglia llegó a la quinta amarilla y Forlín fue expulsado contra Vélez. Enfrente estará San Martín de Tucumán, rival complicado ya que está luchando por la permanencia.
El objetivo del plantel xeneize es sumar puntos para la clasificación a la Libertadores 2010 y mejorar la mala imagen que se viene dejando desde hace ya varios partidos, consiguiendo solamente una victoria (vs. Arsenal 2-1) en las últimas nueve presentaciones en el torneo local.
En la página oficial del club se realizó una convocatoria por parte de los dirigentes, pero paradójicamente siguen sin vender entradas, una decisión que sólo perjudica a los hinchas.

¿Cómo reaccionará la gente? ¿Pedirá por unanimidad la vuelta a la dirección técnica de Bianchi? ¿Habrá más banderas "casi" exigiendo su asunción como DT? ¿Se irá si lo presionan? Esta tarde se verá.

¿Quién asume como DT?

Después de descartar el torneo local para dedicarse exclusivamente a la Libertadores y una temprana eliminación en los octavos de la Copa, Carlos Ischia tuvo que dar un paso al costado en su función como DT. Forzado por los dirigentes, el entrenador había dejado en claro que no iba a renunciar. El partido contra Vélez parece ser el último con Ischia al frente del plantel xeneize. Seguirá en el cargo durante los cuatro partidos restantes del Clausura. Ischia tenía un convenio que lo ligaba al club hasta Diciembre, razón por la cual los dirigentes han decidido pagarle la totalidad de su contrato ($350.000 dólares por lo que resta del año), aclarando que "si antes de Diciembre consigue trabajo, Boca dejará de pagarle. Y si su contrato es menor, Boca le pagará la diferencia''.
Muchos fueron los nombres que se barajaron durante esta semana. El principal objetivo y por el cual luchan los dirigentes es que Carlos Bianchi acepte el cargo de técnico, idea que contrasta con los deseos del Virrey. Es de público conocimiento que todos quieren a Bianchi como DT, pero existe una cláusula que explica que no puede asumir al frente del equipo si se interrumpe el vínculo de Ischia con el club. La segunda posibilidad que se maneja es que haya un interinato por los próximos seis meses, y sería Abel Alves (DT de la reserva) quien se encargaría de ocupar el cargo. Los otros nombres que también suenan son: Alfio Basile, quien no contaría con el aval del presidente Ameal, debido a que no tienen una buena relación; Gustavo Alfaro, recomendado por Bianchi antes de la asunción de Ischia; Jorge Bermúdez, posibilidad que aparece por su buena relación con Bianchi y su fuerte personalidad; Blas Giunta, actual técnico de Almirante Brown, pero asegura que del club nadie lo llamó; y Diego Cagna, ídolo de la institución, respaldado por sus buenas campañas en Tigre, pero con contrato en el Matador de Victoria hasta Diciembre y distanciado de Riquelme.

Yo te vi último

Tantas expectativas generadas. Tantos comentarios en las semanas previas. Un inesperado 1 a 1 que demostró que estos partidos deben jugarse por jugadores con experiencia. Boca sufrió desde el primer minuto la ausencia de su líder futbolístico. Gaitán no supo cumplir la tarea de Riquelme y eso afectó mucho el juego de los dirigidos por Ischia.


Un partido que será recordado por el golazo de Palermo, que le permitió igualar el récord del brasileño Paulo Valentim, logrando la marca de 13 goles al clásico rival, contabilizando entre partidos oficiales y amistosos. Otro récord alcanzado por Palermo, que a la vez se convirtió en el jugador de Boca con más edad en convertirle al club millonario(35 años y cinco meses), superando a históricos como Basualdo (genial cabezazo en la noche que Caniggia metió tres) y Márcico (autor de uno de los goles en un recordado 4-2 en cancha de ellos).
Un clásico donde la que triunfó fue la gente, una vez más demostrando que el fanatismo sigue intacto. Una tarde que sirvió para recordarles las palabras de Ahumada ("Cuando San Lorenzo se nos puso 2 a 1, el estadio se enmudeció. Yo he estado en la Bombonera ganando 2 a 0 y la hinchada de Boca se nos venía encima."), y su último puesto en el anterior Apertura, una espina que les sigue doliendo, y se ve, nunca se la podrán quitar...

¿Será un superclásico más?

Se acerca una nueva edición del superclásico. Un partido que no es uno más, es un espectáculo que conmueve al mundo entero y que paraliza a todo un país. Tal es así, que es considerado como una de las atracciones que uno no debe perderse antes de morir. Todas las presiones que se generan, todos los comentarios que se hacen en la semana previa provocan en este encuentro un condimento especial.
Los equipos no vienen bien. Boca tuvo un arranque fenomenal en la Copa, aunque sin demostrar demasiado y sin sobrarle nada. Logró cuatro triunfos sobre cuatro posibles, que lo colocan en el primer lugar de su grupo y con muchísimas chances de clasificación. En el campeonato la historia es distinta, alterna buenas y malas. Cuenta con tres victorias, dos empates y cuatro derrotas que lo ubican lejos del puntero.
En tanto River, tiene un panorama complicado en la Copa. Suma sólo cuatro unidades, viéndose tercero y a seis puntos de Nacional de Montevideo, lo que achica sus posibilidades de pasar de ronda. En el Clausura cuenta con 15 puntos, cerca de Vélez, pero aún no demuestra un nivel que conforme a su gente.
El domingo se despejarán las dudas. Los ojos de la gente de River estarán puestos en la actuación de Bassi (Gorosito habría pedido otro árbitro). Será su segundo superclásico. El primer enfrentamiento entre ambos que dirigió fue en el Clausura del año pasado, en cancha de Boca, siendo victoria para los xeneizes por uno a cero con gol de Battaglia. Ojalá se repita la historia...

Le hizo la Cruz

El partido pintaba complicado. Boca se enfrentaba a Godoy Cruz después del receso por Eliminatorias. La larga lista de lesionados que lo sigue aquejando a Ischia, le impide contar con dos de sus habituales titulares por diferentes lesiones que tuvieron en los partidos con su selección. Recuperaba a Chávez, que ingresaría en lugar de Vargas. Roncaglia ocupó nuevamente el lugar de Cáceres.
Godoy Cruz salió a atacar desde el primer minuto, mostrando que no llegaba a La Bombonera con un planteo defensivo.
El partido era vibrante, las llegadas de uno y otro equipo no cesaban y la pelota no pasaba por el medio. Boca no encontraba la manera de penetrar a la defensa de Godoy Cruz, llegando al arco con remates de larga distancia que no complicaban a Ibáñez.
Ibarra, como siempre lo hace, se mostraba como una salida clara por la derecha. Los ataques se iniciaban por su costado, terminando en la mayoría de las ocasiones en centros para Palermo. Sin embargo, Palermo no contó con una situación clara de gol en todo el partido.
En una pared entre Palermo y Gaitán (beneficiados por un rebote en un defensor de Godoy Cruz), dejó al volante de Boca mano a mano con el arquero y supo definir abajo y cruzado, poniendo en ventaja a los de Ischia.
En el comienzo del segundo tiempo, Boca salió a buscar el triunfo y liquidar el partido lo antes posible. A los 30 segundos, Figueroa contó con una chance muy clara, tuvo una media vuelta adentro del área chica que terminó en las manos de Ibáñez.
Con el correr de los minutos, Godoy Cruz se fue animando, contando con llegadas claras que inquietaban a la defensa de Boca. Caruso se mostraba siempre libre para recibir, aguantaba la pelota y definía, o buscaba el pase a algún compañero.
A los 15 minutos, Caruso igualó el partido con un remate de media distancia en el que nada pudo hacer Abbondanzieri.
Los dos equipos salieron a buscar la victoria. En Boca ingresó Benavídez en lugar de Gaitán, para ayudar en la recuperación de la pelota a Battaglia. Más tarde ingresarían Mouche y Palacio para jugar por afuera, con la intención de mandar algún centro que pudiera conectar Palermo.
Con el final del partido y el empate en uno consumado, Godoy Cruz logró un punto de oro, que le permite mantener su invicto jugando en La Bombonera. Boca sigue alejado de la pelea por el título, que lo ubican a 7 puntos del puntero Lanús.

Mereció ganarlo

Aunque las estadísticas con el equipo de Cagna no lo favorecían desde que volvió a Primera (Tigre ganó tres de cuatro encuentros), Boca llegó a Victoria con las esperanzas de llevarse un nuevo triunfo que lo acercara al puntero Lanús.

El partido pintaba favorable a los dirigidos por Ischia, que tenía entre los once a Gracián ocupando el lugar de Riquelme, que no jugaba por una contractura, y a Figueroa acompañando en la dupla de ataque a Palermo.
En los primeros quince minutos, Gracián mostró movilidad, al igual que Figueroa. Este último contó con dos chances claras para ponerse en ventaja, estrellando una de ellas en el travesaño, después de eludir muy bien a Islas.
Con el transcurso del primer tiempo, el que triunfaba era el calor.
En el del segundo tiempo, Boca ingresó con las mismas ganas que en el primero. Gaitán tuvo una muy clara que pasó demasiado cerca del arco de Islas. Resaltaban las figuras de Ibarra (siempre una clara salida por la derecha) y de Roncaglia, anticipando en casi todas las jugadas a Luna.
A mediados del segundo tiempo, el partido se puso caliente. Un forcejeo típico terminó con un golpe de puño de Lázzaro a Ibarra, que el árbitro no vio, o fingió no ver. La jugada siguió y Morel le pegó al arco, provocando el enojo de Battaglia. Se armó un tumulto en la mitad de la cancha, que terminó con Vargas y Castaño amonestados.
Figueroa contó con otra situación, después de un muy buen pase de Gracián. Definió bien ante la salida del arquero pero hubo otra vez una falla del árbitro, que anuló mal el gol por offside.
Gracián ya no era el mismo del primer tiempo, Palermo se veía extenuado y no tenía ninguna situación. Gaitán desperdició varios ataques, e Ischia se decidió a poner a Mouche y a Palacio para ganar velocidad en los últimos metros.
Viéndose cansados, los dos equipos lucharon hasta los minutos finales para conseguir un triunfo. Fue empate con sabor a poco para Boca, que no logró acercarse más a la punta.